Se llegó hasta las semifinales, allí dejó todo o casi todo… y digo “casi” porque nunca jamás dejó la ilusión, la esperanza, la garra y el buen trato de la pelota, esa misma que nos hace ir todos los domingos (o cuando hay fútbol) a la cancha.
Y si… eso fue Corralense a lo largo y a lo ancho de nuestra querida provincia de Córdoba, donde llevó su juego a lo más alto, sin importar el nombre del equipo rival, hasta con la desfachatez de pibes que tuvieron que asumir un rol de “profesionales” sin serlo, pero con la humildad que les hizo perder o ganar partidos increíbles, el Corralense de los “milagros”.
La revancha ante 9 de Julio de Morteros, (uno de los candidatos) ya pasó a ser historia, la misma historia que comenzaron a escribir un domingo 28 de enero de 2018, cuando viajaron a Chazón, para iniciar un viaje deportivo del cual se desconocía el destino final.
Enfrentando a conjuntos de Ligas poderosas, como Jorge Ross (Canalense), Central Córdoba (Laboulaye), Toro Club de Cnel. Moldes (Río Cuarto), Sp. Belgrano de Almafuerte (Río Tercero) o el propio 9 de Julio de Morteros (San Francisco), Ligas que cuentan con equipos en A y B, renombrados muchos de ellos, con antecedentes importantes en su haber.
Allí fue este Corralense, el de Peruzzi, el de la Liga Regional de Fútbol del Sur, donde los últimos 8 Torneos los ganaron (sin contar las finales perdidas por penales en los anteriores), con sus propios jugadores, semillero, cantera, llamálos como quieras, con pibes de 18, 19, 20 y hasta 25 años, que juegan por la camiseta, o por el “chori y la coca”, insisto, que le digan como quieran.
Que si se podía llegar a la final? Digo que sí, pero también digo que no.
Digo que si por lo siguiente: porque con un plantel que se vio diezmado y conmovido por la fatalidad, las lesiones, las expulsiones, (hablo de “Tato”, “Piti”, “Fefo”, “Milton”), se logra el primer lugar en la zona, luego de una tremenda victoria ante Jorge Ross en La Carlota, luego de ver como en Laboulaye te “embarraron” la cancha, y donde muchos no creían o hasta apostaban por terminar como mejores terceros en sus cálculos. Porque después de sufrir una goleada ante Toro Club por 4 a 0 en Moldes, se dio vuelta el resultado con un 5 a 0 increíble. Porque luego de perder de local por 2 a 0 ante Sp. Belgrano, hubo que definir en Almafuerte y se ganó 2 a 0, (hubo que ir a penales por la casualidad), porque aún hoy, insisto que se le pudo haber ganado por una diferencia mayor. Y porque se viajó a Morteros 400 kilómetros, sabiendo lo que significaba el rival, dando varios dolores de cabeza en el primer tiempo, donde se pudo dar una sorpresa, que finalmente fue propia, perdiendo 4 a 2. Para llegar a la revancha también con bajas en sus filas, pero con jugadores que cumplieron al pie de la letra el rol que tenían asignado, lastimando a un “9” que se vio desbordado por llegadas claras, pero que solo le dieron un gol de ventaja en el primer tiempo.
Digo que no por lo siguiente: porque Corralense tuvo (mas allá de las bajas nombradas), que lidiar con jugadores de sobrada experiencia en este tipo de Torneos, que tienen “oficio”, que viven de esto, que cobran “sueldos”, que pasaron por partidos de esta índole, además, saben cuando hablar con el árbitro de turno, a que jugador rival van a ir a buscar, que tienen dirigentes que se sientan en una mesa del Consejo Federal para votar algo, para entonces así, sacar a relucir su “Chapa”, (inclusive con árbitros que dejan varias dudas a la hora de “medir” con la misma vara), algo que un equipo como Corralense no tiene, porque nunca salió a mostrar lo que tenía, futbolísticamente hablando.
Hasta hoy… donde todo el mundo del fútbol, habla de un equipo de Corral de Bustos que juega al estilo “Bielsa” o que da vuelta resultados de manera sorpresiva, o que tiene al máximo goleador del Federal C 2018 Zona Córdoba, o que a mas de un equipo de “embergadura” o propios dirigentes del “mundillo” del fútbol, va a hacer dudar.
Es por eso, que la “historia” no se el domingo 15 de abril de 2018, con un estadio que desbordaba, con familias enteras (con sus hijos y nietos) alentando al “verde”, con “Los Porrones” y sus bombos y sus cánticos, que más allá del 1 a 1 final, no se querían ir, tan solo para seguir aplaudiendo a estos “Guerreros” que dejaron todo en la cancha (una de las mejores del Torneo), esas son las cosas por las que uno se tiene que poner de pie.
En el fútbol se puede ganar o perder, pero si una vez finalizado el encuentro una hinchada despide a su equipo como lo hizo la parcialidad del “Verde”, significa que estos jugadores dejaron alma, el corazón y la vida dentro de la cancha para intentar revertir el resultado. Si Corralense llegó hasta acá, quedando como uno de los cuatro mejores equipos de la provincia dentro del certamen nacional, fue porque algo bien hizo.
Desde una Liga como la Regional Fútbol del Sur, notablemente inferior a muchas otras del suelo cordobés, quedó solamente a un paso de ser finalista, haciendo recuperar un protagonismo, que desde la década del ‘80, con aquella excelente campaña de Mitre de General Baldissera que estuvo cerca de llegar al desaparecido Torneo Nacional, no obtenía.
Dejando en el camino a rivales Riocuartenses, Laboulayenses, Riotercerenses, Sanfrancisquenses, que se le cruzaron en el camino y fue eliminado frente a un grande de la categoría como lo es 9 de Julio de Morteros, el saldo debe ser más que positivo para el “Verde”.
No, no se terminó ayer, por el contrario, personalmente creo, que la verdadera “historia” se empieza a escribir desde hoy. Porque Corralense destiló fútbol y del bueno…